lunes, 21 de febrero de 2011

El acoso escolar. Una grave problemática de nuestro tiempo.




El acoso escolar se define como un tipo de violencia reiterativa y prolongada con intención premeditada de hacer daño. El maltrato puede ser verbal, físico, psicológico o social, directo o indirecto, con afectación de la salud mental de las víctimas, manifestada esta afectación como inseguridad, desconfianza, baja autoestima y depresión. Desencadena, además, descenso en el rendimiento escolar y obstaculiza el desarrollo integral de la víctima. Es necesario insistir en que el término acoso escolar se refiere a una situación repetida de hostigamiento y no se puede hablar de este cuando los hechos mencionados se dan como un episodio único o cuando dos escolares en iguales condiciones físicas y de poder se pelean en la escuela o sus alrededores.


Es claro que el acoso escolar no surge como algo aislado y dependiente del ambiente escolar, sino que tiene como protagonistas a ciertos niños que viven con algún tipo de dificultad familiar. El problema surge en familias disfuncionales cuyos hijos confluyen en un mismo ambiente escolar para poner en evidencia las dificultades en relaciones regidas por la falta de límites y la violencia.



El compromiso de la escuela 
La comunidad escolar debe asumir el compromiso y evitar actitudes indiferentes frente a este serio problema, lo cual implica que los profesores se capaciten y hablen abiertamente del tema en las clases y programen actividades con los niños para reflexionar en torno a esta grave problemática.
Es absolutamente necesario establecer un ambiente escolar en el que no pueda haber agresión y establecer
consecuencias claras concertadas con el grupo para los niños que se involucran en estas conductas.
La hora del descanso debe estar supervisada por los profesores para controlar cualquier brote de violencia entre los niños, y si suceden estos hechos se deben discutir en la clase para que los niños se involucren por medio del diálogo en torno a estas situaciones.
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Yolanda Giraldo Giraldo                                       
Médica y psicóloga
Profesora Universidad de Antioquia





viernes, 18 de febrero de 2011

CHICOS GRANDES Y PADRES CHICOS

Juan Fernando Gómez Ramírez

Este título acuñado hace algún tiempo en una publicación argentina, refleja muy bien una nueva tensión en las relaciones intrafamiliares. La crianza en los nuevos tiempos despierta con frecuencia preocupaciones en unos de sus principales protagonistas: los padres.  El temor a equivocarse en el proceso y el hecho de que no existan reglas fijas, asociados a la condición “igualada” de los niños y niñas actuales como sujetos de crianza, confluyen para que la perplejidad aparezca con frecuencia en los padres de hoy.

En el contexto descrito surge la oscilación pendular en el proceso de crianza entre una tentación por parte de los padres hacia un comportamiento permisivo frente a los hijos y otra tendencia autoritaria en la relación con ellos, ambas con consecuencias negativas en la evolución del proceso, pues se ha demostrado mediante estudios de seguimiento a largo plazo, que producen como resultado jóvenes con un autocontrol muy deficiente y una incorporación difícil al tejido social.

Frente a lo anterior surge entonces la necesidad de una propuesta asertiva, con matices democráticos y dialógicos pero enmarcada en el ejercicio irrenunciable de una autoridad serena, fortalecida ante los hijos por el ascendiente que los padres se ganan en el contexto de un acompañamiento amoroso y comprometido en la cotidianidad, donde el afecto y el ejemplo ocupen un lugar determinante.

Los humanos somos seres de crianza prolongada y por ello dependemos mucho del acompañamiento de los adultos significativos. Cuando este acompañamiento es inseguro, con frecuencia genera también  niños y niñas inseguros.  Frente a esta eventualidad, es necesario reasumir el papel del adulto.


Una crianza orientada por el amor, la tradición cultural, el sentido común y algunos conocimientos científicos, en el contexto de una presencia presente, tendrá que brindar todos los elementos necesarios para que la perplejidad no haga parte de este apasionante proceso de la crianza de los hijos, definido magistralmente por  Sabin, cuando afirmó que “Sólo hay dos legados duraderos que podemos abrigar la esperanza de dejar a nuestros hijos:  uno las raíces, y el otro las alas”



miércoles, 9 de febrero de 2011

FIRMEZA Y AFECTO EN LA CRIANZA DE LOS HIJOS


Con el ánimo de comprender mejor esta necesaria  relación entre afecto y firmeza en la crianza de los hijos es necesario tener en cuenta los siguientes puntos comunes:

• No  existen  padres  perfectos,  solamente  padres  que  en  todo momento quieren     hacer lo mejor por sus hijos
• Criar al hijo del vecino es muy fácil, lo difícil es criar al hijo propio
• Cuando  nace  un  hijo,  él  no  es  el  único  recién  nacido…  ¡Los progenitores son también padres recién nacidos!
• Cada  niño  o  niña  es  un  ser  único  e irrepetible,  por lo tanto las pautas de crianza no pueden ser iguales para todos
• El niño es ante todo un sujeto de derechos y no simplemente un objeto de cuidados
• En muchos hogares se ha perdido o desdibujado la figura paterna
• La  educación  no  es  solo  la  adquisición  de  conocimientos académicos; es ayudar a construir seres autónomos física, moral, intelectual y emocionalmente.
• Muchos adultos anhelan niños, niñas y adolescentes sumisos y no tienen en cuenta que la desobediencia, la rebeldía y el enojo hacen parte de la personalidad en formación.
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DESARROLLO SEXUAL Y DE IDENTIDAD DE GÉNERO EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Para acompañar a niños, niñas y adolescentes en el desarrollo de su sexualidad es fundamental conocer muy bien el proceso de desarrollo sexual, cómo se comportan y cuáles son sus intereses según la edad. Hay ciertos patrones característicos que a su vez están influenciados por el entorno familiar y la cultura a la cual se pertenece. Se es un ser sexual desde el vientre materno. 
Todo ser humano tiene una dotación genética que permite el desarrollo de órganos sexuales específicos para cada sexo. A quien acaba de nacer se le asigna sexo masculino o femenino de acuerdo con los caracteres sexuales externos, lo cual determina culturalmente la forma en que los adultos se relacionan con el nuevo ser.

CICLOS DEL DESARROLLO SEXUAL
Del nacimiento a los diecisiete meses de edad.
Del año y medio a los treinta y cinco meses de edad.
De los tres a los cinco años de edad.
De cinco años de edad en adelante                                                                                           
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