viernes, 1 de octubre de 2010

La resiliencia: clave para superar las penas y dificultades

No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas
Louis Pasteur


La resiliencia: clave para superar las penas y dificultades

Durante mucho tiempo los expertos no encontraron explicación científica a la asombrosa recuperación de aquellas personas que, después de haber sufrido adversidades muy serias desde su infancia, deberían haber quedado irreparablemente traumatizadas. Sin embargo, estos casos fueron los que sirvieron de base para que, a comienzos de los 80, se iniciaran estudios tendientes a averiguar qué se necesita para que las personas desarrollen esa capacidad de reponerse y salgan enriquecidas de experiencias devastadoras, aun cuando las hayan sufrido a muy temprana edad.
Entonces lograron encontrar la razón por la cual algunas personas rebotan y se elevan como una pelota de goma cuando sufren un golpe, mientras que otras son, por el contrario, como de yeso y se quiebran o quedan aplastadas después de enfrentar una situación dura o dolorosa. Esa facultad de sobreponerse es lo que se ha denominado "resiliencia emocional", una capacidad fundamental para que los niños puedan reponerse y salir enriquecidos de las experiencias tan difíciles que les está tocando vivir hoy día. La lista de peligros y adversidades a los que están expuestos la mayoría de nuestros hijos se amplía cada día más.
Hoy, los niños saben que cualquiera puede ser secuestrado, abaleado, violado o atracado; ser víctima del sida o de una catástrofe natural, ser abandonado por sus padres, morir asesinado en su propio colegio o ver a su familia arruinada, por mencionar algunas. Y el solo hecho de vivir informado por los medios sobre las desgracias que pueden sufrir es suficiente para llenarlos de angustia y lesionarlos emocionalmente.
Pero la vulnerabilidad de los niños a las calamidades se puede neutralizar con actitudes y conductas que promuevan en ellos un espíritu "resiliente". Los expertos en el tema afirman que la forma de promover esa capacidad para superar las vicisitudes y crecer a partir de ellas no es sobreprotegerlos. Por el contrario, se puede lograr desarrollando en ellos una serie de capacidades que aumenten su fortaleza interior: optimismo, persistencia, flexibilidad, creatividad, sentido del humor, capacidad para comunicar lo que sienten, gratitud y deseos de contribuir al bienestar del mundo que los rodea.
Por último, estaremos contribuyendo a fortalecer a los hijos si asumimos una actitud que les haga comprender que las calamidades tienen su lado positivo porque son las experiencias que nos hacen crecer como seres humanos. Como afirma el educador René J. Trossero: "Las dificultades y el sufrimiento son muchas veces los únicos guías que nos conducen al encuentro con lo más profundo de nosotros mismos, librándonos del peligro de derrochar los años para morir sin haber vivido".

Ángela Marulanda
Autora y Educadora Familiar

Tomado del boletín LA CRIANZA HUMANIZADA, número117 del Grupo de Puericultura de la Universidad de Antioquia

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